Primero quiero definir este año en tres palabras: sorprendente, esperanzador y reafirmante, así como una crema para la piel. No esperaba nada de lo que pasó y aún no asimilo cada peldaño que subí, cómo los subí y hasta donde llegué.

Han sido dos años de ser menos consciente, años rápidos, algo repetitivos y si me hicieran distinguir entre un mes y otro, no podría. Han sido meses casi idénticos, que empiezan y terminan con un informe, igual al del mes anterior.

Siempre identifico los años por los viajes, el 2018 el año que fuimos a Nueva York, el 2019 el año que fuimos a Madrid y luego vienen dos años en un limbo sostenido por dos delgados hilos, que tienen al mundo entero en veremos. En el futuro seguramente los identificaré como los años pandémicos.

Con tanto en contra, uno esperaría descender, pero curiosamente no extrañé los viajes y estos dos años me sirvieron para volcar toda mi energía en nuevos desafíos.

A veces no me explico por qué la vida es tan generosa conmigo y siempre tengo ese temor que algún momento me va a golpear con algo inesperado y seguramente pasará, pero han sido años tan buenos, tranquilos a pesar del estrés, estables y abundantes en todo sentido, que no puedo quejarme.

Nada permanece y todo se transforma, y en el camino, vamos mutando, creciendo, aprendiendo y convirtiéndonos en nuevas versiones de nosotros mismos.

Me gusta mirar hacia atrás, aunque no lo hago nunca porque siempre miro hacia delante, pero ahora haciendo un balance de este año y de toda mi vida, me gusta mirar como cambió todo.

Si tuviera que darle un consejo a alguien que aún no encuentra su camino, le diría que aunque tengamos un plan perfecto, el destino hace lo que quiere y nos sorprende con las consecuencias de nuestras propias acciones, por eso para mi es tan importante enfocarme en el momento y en lo que estoy haciendo, hacerlo bien, hacer el bien.

Los mejores sucesos del 2021

1 Entrar a trabajar a Future Mas/Art

Si bien ya traía la experiencia del proyecto Biobiocreativo, entrar a F+A, fue todo un desafío, con decirles que me tocó diseñar la marca y eso es más que una experiencia enriquecedora y placentera, porque qué rico es cuando salen bien las cosas y cuando uno descubre habilidades en uno que habían estado dormidas. Tuve que hacer muchos informes, grandes y lateros, que me toman 1 semana cada uno, y tengo que seguir haciéndolos por 1 año más, y aunque pienso en ellos y automáticamente me estreso, se que es algo que me va a servir a futuro, más temprano que tarde, todas esas skills adquiridas, servirán para otros propósitos.

Cuando mencioné que este año fue “reafirmante” me refiero a que este año y gracias a los desafíos que tomé, pude reafirmar mis capacidades, mi experiencia y todo lo capaz que soy.

2 Compramos nuestra casa nueva

Esto es algo que me ha mantenido on fire casi todo el año, porque hemos tenido que afinar cada uno de los espacios de la casa que fue diseñada por Gino, pensando en todas las terminaciones, exteriores e interiores, pisos, muros, puertas, ventanas, TODO. Aún está siendo muy entretenido soñar con la casita e imaginarla, Por fin, se empieza a construir en enero y la ansiedad se está apoderando de mi. Nos vamos del centro a la naturaleza, nos alejamos porque optamos por calidad de vida y dejar el estrés de la ciudad. Todo este proceso será largo y sabemos que no fácil, pero estamos construyendo nuestro futuro y la ilusión me hace despertarme feliz, motivada todos los días y trabajando un montón para nuestro sueño.

3 El despegue de Base

Si bien ya hemos tenido varios despegues durante la existencia de Base, este año fue el mejor de todos respecto a metas y crecimiento. Pudimos volver a retomar nuestra área de eventos, osea volver a nuestros orígenes y darme cuenta que seguimos siendo las mismas de hace 6 años atrás.

Hay algo que me encanta y es que nuestro trabajo habla por si solo, ya ni si quiera tenemos que inventar estrategias para que nos conozcan, nuestros clientes ven lo que hacemos y nos dicen: quiero eso mismo.

También me encanta la identidad de Base, porque no se parece ni a mi, ni a la Romi, es un ente con identidad propia, que se armó solo, que comunica desde hechos concretos y desde la realidad.

El 2022 será el año de la profesionalización, respecto a equipos, instalaciones y servicios.

4 El triunfo de Boric

No debería escribir de política, pero en estos días se me han venido varias imágenes de mis tiempos de estudiante y quiero registrar este momento histórico, como uno de los sucesos más importantes de mi año. Lea esto acompañado de esta canción:

El 2006, el año que entré a la Universidad, ocurrió la movilización de estudiantes secundarios más grande de la historia de Chile. Se luchaba por la maldita herencia que dejó Pinochet a la educación escolar. Hubo tomas, paros y marchas, y en el campus de la UCSC, corrían las lacrimógenas, incluso dentro de mi escuela.

Caminábamos desde la U, que está ubicada en Santa Sabina, hasta la intendencia, me aprendí todos los gritos, porque esto era pan de cada año. Todos los años votábamos paro, porque aunque no lo sabíamos, estábamos viviendo las movilizaciones más importantes después del retorno de la democracia.

Se rechazaba el sistema educacional chileno, que posee mayor participación de privados que del estado. En esos años y por el 2011, solo el 25% del sistema educativo era financiado por el estado, mientras que los estudiantes aportaban el 75%

El 2019 volvieron con todo el protagonismo los secundarios y universitarios, prendieron la mecha del estallido social más grande de Chile. Ya profesional y después de varios años sin salir a marchar, no dudé en salir con mi paila y cuchara de palo.

Tengo recuerdos claros de Giorgio, Camila y Gabriel, porque somos contemporáneos. Vi sus inicios, crecimiento y consolidación. Siempre soñaba que alguno de ellos fuera Presidente, pero pensé que eso pasaría cuando alguno de ellos tuviera 50+, no antes.

Vivirlo con tanta anticipación me conmovió y desde un principio, no dude en unirme a esta causa y proyecto colectivo. En mayo firmé por Convergencia Social, cuando no existía ninguna esperanza de juntar las miles de firmas para la candidatura de Gabriel. Pasamos por tantas cosas este año, debates, mentiras, votaciones, y más debates y más mentiras. Pero ganó el bien, porque fue una campaña honesta y la verdad siempre triunfa.

El 2022 es el año de la esperanza y así, como dije en Instagram, es como me lo imagino:

Desde hoy las personas estamos antes que las empresas y la economía, para una vida de bienestar. Gabriel será la base sólida de un largo camino de gobiernos responsables de mantener las políticas de la socialdemocracia, la justicia social, la igualdad y la calidad en todas sus instituciones. Hoy empezamos a construir el futuro de nuestros sobrinos, un Chile más amigable con el planeta, un gobierno ecológico que velará por las próximas generaciones. Este será un camino largo y colectivo, donde todos vamos a trabajar y apoyar el gobierno de Gabriel desde nuestras ciudades y especialidades.
Tal vez no logremos todo en 4 años, pero tenemos tanto potencial en Chile para continuar el legado que dejará Gabriel, que miro el futuro con confianza y esperanza.

Para terminar, presiento que el 2022 será un año increíble, tenemos un viaje con F+A, un viaje familiar y el cierre de los 2 proyectos en los que estoy. No imagino como voy a coronar el próximo año, pero espero que sea muy parecido a este, lleno de enseñanzas y como resultado, mi versión mejorada y la de un Chile mejor. Todo el esfuerzo habrá valido la pena.