Estoy auto diagnosticada como una obsesiva por la decoración, no importa el estilo, soy capaz de ver la belleza, a la persona y sus historias reflejadas en sus espacios, como un hobby, como un movimiento involuntario, es algo por lo que voy detrás todo el tiempo.
De mi lista de las cosas cotidianas que hago como ver la novela, ver vlogs, leer un libro, vitrinear, está ver videos de casas de personas que no conozco o que sí conozco como Jbalvin, que tiene una casa en Medellín Colombia, estilo japonés, increíble, que jamás imaginaríamos que un reggeatonero vive en una casa así de sofisticada.
He visto miles de videos de casas, mayormente centrados en interiorismo, más que un house tour propiamente tal, que también me encantan, como la casa de Melbourne de Troye Sivan, que por cierto, vi su House Tour antes de conocer su música y aunque es muy pop para mi, me gustó y tengo algunas de sus canciones en mi playlist.
Cuando vi este video, quedé impactada real y si la estoy compartiendo ahora en mi blog, es porque es de las casas que han quedado en mi memoria y que me voló la cabeza. En general soy apasionada para sentir, cuando algo me gusta, me gusta de verdad y tengo esa capacidad de asombrarme como los niños, todavía.
Pero con esta casa, que es de 1874 y tiene 146 años y este video (estoy tratando de buscar la expresión correcta) quedé descolocada, onda: cómo alguien de 25 años puede tener una casa así de hermosa, cómo eligió tan bien los muebles, sillones vintage, cuadros, sus lámparas akari de isamu noguchi (que nunca voy a poder tener por los gatos). El patio es un sueño que en sus orígenes fue una cancha handball que luego fue convertida en una fábrica de ladrillos, con mucha mística, plantas, un baño increíble y tanto más, que no pueden dejar de ver y admirar.