Lo que nunca sospechamos de este año, pasó arrasando y afectando a todos en diferentes aspectos, a unos más que otros y aún no sabemos por cuánto tiempo más estemos así.

Pienso en mi yo del año nuevo, como todos, ese día en particular nos mostramos más optimistas que nunca. Alzamos las copas sintiendo la certeza de que este si será el año que tanto hemos esperado. “EL” año para cometer menos errores, para cumplir metas y realizarnos en la universidad, en el trabajo o en algún proyecto.

Yo sentí optimismo, sentí una tincá de que este año iba a “mejorar” porque tuve 6 meses anteriores de estrés terrible, de colapsos, de desesperanza y de rabia contra Chile. Justo se mezcló un problema de mi trabajo con el estallido, tuve que lidiar con tantos sentimientos, tuve que mantenerme tan intacta como siempre, disimulando todo lo que tenía adentro haciendo estragos.

En general soy una persona muy equilibrada, diría que demasiado equilibrada, tanto que a veces yo me impresiono de mi misma. Como todos a veces siento angustia, cansancio, estrés y desmotivación, pero con todo eso sigo haciendo mis cosas de manera normal y trato de no mezclar todo eso con mis momentos de felicidad, donde sigo sonriendo y disfrutando.

Me doy los espacios indicados para sentirme mal, nunca dejo que me domine por completo y creo que ese es el mejor consejo para estos tiempos, si dejamos que todo esto nos paralice, va a ser más difícil avanzar o llegar a donde queremos.

En qué estoy laboralmente

Todavía no he llegado a sentirme mal por el trabajo, lo único que sentí fue una baja en mi productividad y con toda la autoayuda que hay en redes sociales, asumí que era normal y no me he sentido culpable.

Tengo que ser muy agradecida con esto y cada vez que converso con amigos les digo que es un privilegio que podamos trabajar desde la casa, mantener nuestros ingresos y a nuestros clientes.

También tengo conocidos que no están trabajando y están en una espera eterna de poder volver a producir. Trato de ponerme en sus zapatos y me cuesta pensar con claridad qué haría en 3 meses sin sueldo. Vivo con mi pololo y tenemos muchos gastos fijos. Además, soy independiente, mi empresa genera muchísimos gastos todos los meses, entre esos un arriendo que no se está usando y que seguimos pagando.

A pesar del panorama en general, hemos tomado varios nuevos clientes y es como que siempre hay algo conspirando a favor y no puedo más que estar agradecida. Pero también, quiero ponerme en los zapatos de los que no están tan bien y suponer qué haría yo si me tocara pasar por eso, creo que ninguno de nosotros está a salvo de esto.

Qué haría si lo perdiera todo

1 Desintoxicación general

Lo primero que haría sería darme un “retiro espiritual” y una desintoxicación digital. Una mente perturbada no puede pensar mucho ni tomar decisiones o iniciativas. No se por cuantos días, pero guardaría computador y teléfono, hasta sentirme realmente preparada para enfrentar de nuevo las redes sociales y ese constante bombardeo de información que tan mal hace.

2 Autocuidado

Este concepto está muy manoseado pero abarca tantas opciones de cosas que podemos hacer por nosotras mismas, que haría un poco de lo mismo que estoy haciendo en cuarentena para mantenerme mentalmente saludable. La verdad es que quedarme acostada llorando nunca ha sido una opción para mi, así que haría cosas cotidianas que me gusta hacer como regar las plantas, escuchar un disco, prender velitas, limpiar la casa, el closet o la cocina. Eso depende de cada una.

3 Organizar finanzas

Cuando ya me sienta preparada para enfrentar mi vida, armaría un excel con todos mis pagos pendientes, tarjetas y banco, y ordenaría mis meses siguientes, buscando la forma de poder cumplir con todas mis responsabilidades. Dejaría de gastar en cosas que no necesito (eso también lo estoy haciendo ahora) y guardar un colchón para los meses que vienen.

4 Contactos

Toda la gente que uno conoce tiene que servir para algo alguna vez en la vida, jaja. Y en realidad yo nunca le haría asco al trabajo, sin importar en qué fuera, creo que no me faltaría qué hacer. Aunque reconozco que nunca más en la vida me gustaría emplearme, en casos como este, creo que lo haría por un rato, aunque lo que más haría, sería reinventarme y volver a crear algo propio.

5 Crear algo propio

Mi espíritu creativo, independiente e incansable, no me dejaría tranquila ningún momento. Creo que con libreta en mano, empezaría rápidamente a ordenar mis habilidades en una libreta, las cosas que amo hacer, para las que soy mejor y me daría tiempos diarios para descubrir cuál es mi próximo emprendimiento.

Creo que más que nunca me dedicaría a hacer lo que me gusta, escribir un nuevo blog, sacar fotos, crear contenidos y leer. La vida tiene momentos para nosotros donde tenemos que ser capaces de percibir qué nos está tratando de decir y para donde nos quiere llevar.