Mi pasión por la fotografía tiene que ver con mi Papá, la Universidad y mi generación. Los millennials somos fotógrafos innatos. Fuimos testigos de la evolución de la fotografía análoga a la digital. Yo en particular, tuve mi primera cámara digital Sony de muy pocos pixeles cuando aún nadie tenía una.

Mi papá trabajó como fotógrafo cuando nosotros éramos chicas, un trabajo increíblemente romántico de fotografiar y revelar en cuarto oscuro. Además, siempre me heredó su pasión por las cámaras y las fotos, creo que fui la niña chica más fotografiada del mundo. Él además  fue pionero en la tecnología y le encantaba “salir primero con la novedad”.

También era capaz de parar el auto en la carretera y hacer que nos bajáramos todas a tomarnos una foto en una roca. Esto hasta más grande, a mis 15 años cuando veía un campo lindo, también nos hacía bajar a tomarnos una foto con el Volcán Chillán de fondo. Tengo hermosos recuerdos de fotos y volcanes. Aquí les dejo una pequeña galería de algunas fotos que encontré:

Mi historia con la fotografía continuó porque tuve la suerte de ser la última generación de Periodismo en mi Universidad que tuvo como ramo fotografía análoga. Esos fueron los años donde experimenté más con cámaras análogas.

El cuarto de revelado estaba en la biblioteca de la UCSC, era una puerta pequeña y el estudio era del porte de un baño. Para los Centennials que están leyendo este post, al cuarto solo podían entrar dos personas, tenía una luz roja para que no se velaran las fotos, se pasaban por un liquido y se dejaban colgadas con perros de ropa.

Por esos años tuve una Diana F+ Clásica, que  no estaba adaptada para rollo 35mm,  y que con unas gomas cortadas adapté y logré tomar muchas fotos. Esta era la cámara:Captura de pantalla 2020-04-04 a la(s) 20.52.56.pngLes dejaré aquí algunas tomadas por mi con la Diana, para que disfruten con la imperfección de la foto análoga:Captura de pantalla 2020-04-04 a la(s) 20.32.50.pngCaptura de pantalla 2020-04-04 a la(s) 20.33.04.pngCaptura de pantalla 2020-04-04 a la(s) 20.33.16.png

También tuve otras dos cámaras Canon Reflex, una Canon EOS 300 y Canon EOS 5000, con las que aprendí en la universidad y de forma autodidacta,  las llevaba conmigo para todos lados y todavía las tengo. Por  ahí por el 2007 y por varios años anduve bien pegá con la foto análoga, pero creo que como todas las cosas, la fotografía análoga es una etapa en la vida de uno. Aquí les dejo mi otras dos cámaras:

Captura de pantalla 2020-04-04 a la(s) 20.36.23.pngCaptura de pantalla 2020-04-04 a la(s) 20.47.28.pngVer todos estos recuerdos y todo lo que me dejaron estas cámaras me causa una sensación súper sentimental y romántica. Fui muy feliz fotografiando mi vida, tal como lo soy ahora.

Aquí les compartiré una galería de algunas fotos análogas que encontré y dejaré aquí un registro para mi, para que nunca se pierdan estas hermosas fotos que alguna vez tomé con tanto cariño, pasión juvenil y hipsterismo.

Aunque ya no soy la veinteañera de estas fotos, mi gusto por la fotografía evolucionó y se simplificó, ahora para mi es más importante la composición que la cámara.

Así, sin darnos cuenta, de repente empezamos a dejar las cámaras de lado y llegó a mi vida el iPhone, bendito, magnifico y todopoderoso iPhone. Y con mi primer iPhone 3, por allá por el 2010, también llegó INSTAGRAM ❤

Ese cambio me lo tomé con el mismo romanticismo de mis fotos análogas, empecé a usar los famosos filtros que traía la aplicación que imitaba las terminaciones de las fotos análogas y,  ahora que miro esas fotos las encuentro horribles, nunca lograron el aspecto de las fotos análogas, pero era una hermosa novedad y de ahí nunca más me despegué de Instagram (IG).

Sí he pasado por distintas etapas de fotos, que no vale la pena revisar, pero siempre he tratado de tener cuidado con los detalles. Sin estudiar fotografía más que el ramo que tuve en la U, sin ser especialista en esto, tengo cierta sensibilidad con varias cosas directamente relacionadas con la fotografía profesional, que para mi son las más importantes para tener un buen resultado: composición, iluminación, encuadre y estilo propio.

Actualmente uso dos cámaras para alimentar mi blog y mi cuenta de IG. Una Canon m10 mirrorless y mi iPhone 11 con gran angular.

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Algo de esa adolescente quedó en mi, ese gusto y esa pasión por tomar fotos, congelar momentos, crear y transmitir cosas a través de las fotos, siempre lo llevaré conmigo y me encanta.

Personalmente, no volvería a sacar fotos análogas, lo mío ahora tiene mucho más que ver con un desafío profesional de generar contenido, de lo que va más allá de la foto y de ser creativos. Detrás de una foto de un shampoo por ejemplo, hay mucho más que un envase; con que se relaciona, con qué otras cosas lo usas, en qué contexto, con que luz, dónde lo guardas, etc.

Con esta foto de ejemplo, les explicaré de qué me preocupo yo a la hora de fotografíar:

Composición

Me gustan las fotos limpias cuando es necesario que lo sean, por ejemplo, un catálogo de productos, donde necesitamos mostrar el producto en su máxima expresión. En fotos más cotidianas como las mías, yo intento siempre armar un escenario o contexto, donde no necesariamente el montaje es real. Por ejemplo aquí use un vaso de cerámica grez que me regalaron, que no se utiliza para el baño pero que hace un contraste más natural con los otros envases plásticos y le da un toque más eco-orgánico.

Iluminación

Siempre utilizo luz natural, nunca he usado flash para nada, ni de noche. Esta foto en particular fue tomada al lado del ventanal de mi dormitorio, no la hice en el baño porque no tiene ventanas y no hay nada más precioso que la luz al lado de una ventana.

En el curso de Nay Jimenez, me di cuenta de más recursos que utilizaba sin saberlo. Como por ejemplo, elegir la luz perfecta según la hora y la que más me gusta es cuando el sol empieza a bajar. Si se fijan en las fotos de mi casa, la mayoría son tomadas en ese horario.

Encuadre

Soy de las que siempre pone el objeto importante en el centro de mis fotos. Hay diferentes formas de encuadrar o diagramar los elementos que fotografías, pero yo en particular, siempre ubico lo que tiene que llamar la atención en el centro. Aunque también me gusta mucho poner las cosas/personas muy a la derecha o muy a la izquierda.

Estilo propio

Para mi este es el factor principal y fundamental, puedes tener la mejor cámara del mundo y toda la tecnología a tus pies, pero si no tienes estilo, tu fotografía no va a representar lo que eres ni lo que quieres transmitir. Hay infinitos estilos e historias detrás de grandes fotógrafos, pero hay algo que nadie puede copiar ni reemplazar, la identidad.

Yo en particular, me esforcé para crear una línea editorial de mi Instagram y mi blog, enfocada a mi estilo de vida, mi casa, mis plantas y mi ropa, esas son las líneas editoriales que definen mis cuentas y cuando entras, te das cuenta de inmediato que es así. Con estas cuatro “sensibilidades” y  herramientas que yo he aprendido a usar, aplicadas a cualquier contenido que quieras transmitir, a tu forma de ser, a lo que haces en el día a día, el resultado va a ser estéticamente hermoso.

Por último, quiero contarles que todavía me falta mucho por aprender y experimentar, quizás toda la vida lo siga haciendo y tal vez alguna vez tenga una cámara profesional y pueda hacer cosas hermosas, pero actualmente mis intereses tienen que ver con crear contenido, fotográfico y audiovisual. Mi paso por la universidad y por Youtube, también aportaron en mi aprendizaje de edición de video y eso estoy tratando de hacer de a poco, a capturar momentos en pequeños videos, a apreciar más el movimiento y las herramientas de edición que hoy tenemos tan a la mano.